Hombres insignificantes, para trabajos GLORIOSOS.

Jesús no vino buscando gente millonaria ni de alto nivel social ni a los fariseos y saduceos, amabas religiones con contenido social y económico sólidos; no vino buscando amistad con reyes ni príncipes. El tomo gente del vulgo, hombres comunes que no anhelaban mucho, hombres de escasos recursos, que no soñaban con riquezas ni ser los campeones ni los héroes. Estos eran laburantes simples, sin nada especial ni siquiera conocían como funcionaban muchas cosas en el sistema de esa época. Estos hombres que Cristo busco, eran sencillos, y aun en su sencillez resignaron sus más remotos sueños por seguirle. Abandonaron aun sus pequeñas posibilidades de crecimiento social económico para realizar una tarea que les daría vida eterna.


 A tal punto Cristo vino buscando gente sencilla y de bajos recursos, que condiciono al joven rico por sus riquezas de modo que no pudo ser su discípulo. Exhorto a entregarlo todo a los pobres y seguirle. A renunciar a todo para ganarle a El. Los ricos de ese entonces tenían tanto que no podían despojarse de sus bienes. Es por eso que mientras mas tienes menos puedes dejar lo que tienes para seguirle.
 Jesús no vino buscando hombres de grandes objetivos y sueños, sino a fracasados a perdedores, a débiles a inútiles a los que eran menospreciados a los que eran discriminados. A estos busco para ponerlos por encima de todos los ricos y soñadores de este mundo.

 Cuando no tienes nada que perder es cuando puedes escuchar la vos de Cristo, porque las posesiones te ciegan. Por eso Jesús estaba rodeado de gente común y pobre. Porque estos creyeron para esperanza, y aun de lo poco entregaron todo por la causa del justo y soberano Dios Jesús.

 Así que si quieres seguirle, empieza por derrumbar tus ambiciones y tus sueños de grandeza. Para ser grande en el reino, Hay que ser el más siervo del siervo, el más pequeño de los pequeños.

 El Kerux.