Es un mandamiento espiritual para la mujer servir al hombre en todo y obedecerle en todo, así como es un mandamiento para el hombre tratarla con amor y como a vaso frágil.
A menudo esto se mal interpreta,
la mujer toma el mandamiento del hombre y piensa que es derecho de ella que sea
tratada como a vaso frágil y que sea comprendida y que ella hará lo que quiera
por ese mismo motivo.