El Cristianismo Idolatra

Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
1°Cor. 10:14

 Cuando hablamos de idolatría en el cristianismo, lo primero que se nos viene a la mente es la religión católica, la gran ramera para muchos teólogos, y con razón es llamada así. Es más, hasta podemos asegurar que cualquiera que adore muñecos como lo hacen los católicos, pues están en pecado e irán al infierno.


 Sin embargo, la idolatría es más que un concepto de adorar muñecos de yeso y barro. La idolatría está en la vida cotidiana, si te gusta el futbol, tienes como referente a un deportista, si te aferras a un cantante a un actor, o a un político, pues estas en idolatría; si te aferras a un trabajo, una casa, una auto, un bien material, estas en idolatría, es más, si hay algo en tu vida que esta por encima de Cristo, o comparte tu corazón con tu cristianismo. ESTAS EN IDOLTRIA. Entonces con esta mirada más amplia, todo cristiano actual que tenga estas parcticas, sea católica o protestante, está en una gran IDOLATRIA.

 Jesús, el Supremo que pago por nuestros pecados, es dueño de todas las almas del mundo, pero solo habita en los hombres que caminan en integridad, sin IDOLTRIA. Jesús no puede compartir, ni debe, ni se humillara siendo Dios, el compartir un lugar con cualquier cosa de tu vida cotidiana. Cristo en la vida de un hombre, reclama y es dueño de todo el ser de ese hombre. Es decir, Jesús no comparte su trono con el futbol, los bienes materiales, tu ídolo deportista ni nada de tu vida carnal.
 Aun la vida rutinaria es idolatría. La gritería, la contienda, los vicios (5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría Col. 3:5)
 La idolatría de los cristianos actuales es todo un tema, pues están tan impactados con el mundo que no pueden ver que sus acciones y actitudes son de idolatras comunes.

Hermanos, limpiémonos de esta generación perversa (hechos 2:40 Filip. 2:15) y sincerémonos sacando todo EL ANATEMA que HAY EN NUESTRAS VIDAS, llegando al Señor humillados clamando “Señor se propicio a mi yo PECADOR”

 El Kerux.







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