…….y no tengo Amor, nada soy.
1° Corintios 13:2 (Recomendación “leer todo corintios 13”)
Una vida genuina entregada al evangelio, no es aquella que vende todo para dar de comer a los niños de Africa, porque si vendiese todo ¿Cuánto tiempo daría de comer a esos niños y a cuantos daría de comer hasta que se acabe su dinero? Al final seria pan para hoy, hambre para mañana. Tampoco es entrega el decidir ir a un país musulmán e increpar a los musulmanes y predicar el evangelio en la plaza central de Iran y ser llevado preso y luego ejecutado. No consiste en entregar la vida torpemente y de manera intempestiva.
El amor de Dios no es “dar mi vida para Cristo” Jesús no necesita de tu vida, tu no le puedes entregar nada. Tampoco es dar la vida alocadamente por el prójimo, aunque “realmente el amor sea una entrega hacia el prójimo”.
Entregar la vida por causa del evangelio no debe ser jamás un acto imprudente sin ningún objetivo claro, las escrituras nos enseñan que para hacer algo debemos calcular cuales son los riesgos y los costos, escrito esta: "NADIE CONSTRUYE ALGO SIN SABER SI LO VA A PODER TERMINAR". Empezar una vida en Cristo y ser colaborador en su obra debe tener principio y un final con el objetivo cumplido y la construcción del reino terminado, no se puede dejar a la mitad lo iniciado. (Lc. 14:28-30)
También debemos saber que nadie es soldado a su propia expensa o voluntad, no puedes decidir ir a la guerra sin general sin pelotón, la guerra es una acción de equipo, con cargos jerárquicos y una ingeniería para la batalla, la guerra espiritual no tiene nada que ver con tu relación personal con Cristo. Mantenemos una relación personal con Cristo nuestro general, pero a la hora de ir a la batalla, debemos trabajar en grupo con el pelotón asignado.
El evangelio de Jesús no es una acción social, no es dar de comer a los pobres y vestir a los vagabundos, no es una cumulo de políticas para cambiar situaciones de países o acabar con el hambre del mundo. No es un acto burresco de trabajar para el prójimo abusador y vago. No es entregar bienes y servicios a pastores adúlteros y prosperianos.
El evangelio de Jesús consiste en cumplir el Mateo 5 en adelante, y comprender el amor de Dios y su justicia lo dicta el Corintios 13 y las epístolas de Juan. Estos libros de las escrituras nos hablan de que el amor de Dios es el evangelio vivido en carne y transmitido a través del ejemplo de vida Cristiana. No se puede predicar una cosa y hacer la otra, no se puede predicar de santidad y ser adultero, no se puede predicar de dejar de amar el mundo y ser fanático de cuadro de fútbol o ver el súper boll justo el día en que se celebra la cena del señor en la congregación.
El evangelio es un conjunto de normas de vida y leyes espirituales y el amor de Dios son esas normas y leyes vividas en la vida cotidiana. Pero no podrás vivir, ni experimentar, ni hacer caso a las leyes de Jesús y sus normas si no tienes su espíritu. Por eso es que para muchos el evangelio solo es una religión dominical con sistemas de pagos mensuales de DIEZMOS Y OFRENDAS. Algo así como las indulgencias.
Cuando el corintios 13 nos habla de Amor, debemos suplantar esa acción por Jesús, cada vez que diga amor, anteponemos JESÚS, y entonces entenderás realmente de lo que está hablando Pablo a través del espíritu.
No entregues tu vida en pos de un entusiasmo pasajero, no te enroles como misionero en el campo evangélico si no vas a poder ser fiel en la batalla. No prediques una cosa y en casa hagas otra.
Vive tu vida a través de Jesús, dejándolo todo no porque JESÚS LO PIDE SOLAMENTE, sino porque hay un deleite en hacerlo junto a EL. No entregues tu vida al servicio para ganar almas y ser el más popular, se colaborador de Cristo entregado en la obra porque TE DELEITAS EN HACERLO CON CRISTO.
La verdadera razón por la que debes vivir para Cristo y vivir en Cristo y vivir a Cristo, es porque has sido crucificado con El Y YA NO VIVES TU, MAS AHORA JESÚS VIVE EN TI.
El Kerux.
